jueves, 20 de octubre de 2011

Salvada durante unas horas





Han sido tantas las historias y anécdotas que me habéis contado los cuatro desde que era pequeña... historias llenas de detalles que se iban matizando cada vez que las oía. Yo prestaba gran atención, creo que porque sentía una mezcla de envidia por no haberlas vivido y admiración por el misterio que envolvía algunas de ellas.

En mi interior existen los recuerdos de mi propia vida, paralelamente y en parte entrelazada, hay también una cajita que contiene una serie de vivencias como si fueran mías. Lugares, olores, conversaciones, canciones, personas que nunca conocí, pero sin embargo están ahí, en mis "recuerdos". A través de vosotros y a través de todas esas fotografías.

Hubo un tiempo, unos años quizá, en que mis momentos más felices eran cuando tú me recogías, normalmente con Amaranta, y nos llevabas a lugares abandonados, escondidos, relativamente alejados de casa. Eran lugares normales, e incluso sucios o peligrosos a ojos de los demás, pero tú los hacías únicos y especiales. El día se convertía en una aventura llena de historias y magia. Era como si me salvaras durante unas horas, y en esas horas estaba segura y nada era una locura. Historias, cuentos, juegos... que han quedado para siempre en mi corazón vinculados a ti. Tampoco creo que tenga que ver con que yo fuera entonces una niña. Hay muchas cosas que no comprendo de ti, pero estoy segura de que eres mágico y de que si volviéramos a alguno de esos lugares o a otros nuevos ahora, sería igualmente una aventura con mi hermano Jesús.

Para mí, Cámara Oscura significa poder abrir de vez en cuando una ranura y atravesar fugazmente hacia aquellos días y a todos aquellos recuerdos, míos o no.

Gracias.
Patricia.